martes, 6 de octubre de 2009

El contexto sociocultural de la comunicación


El hecho de que hablemos una misma lengua no significa señalar que la usemos todos de igual forma. De hecho, las personas de edades diferentes hablan de manera distinta. Esto también sucede con la gente de niveles socioculturales diferentes o si derivan de distintas procedencias geográficas.

Si bien hablamos la misma lengua madre que argentinos y peruanos, hay ciertos elementos en la pronunciación y en el léxico que hacen variar a nuestra lengua española de un lugar a otro. Cabe destacar que dentro de un mismo país o incluso en una ciudad existen variaciones producidas principalmente por factores etáreos, geográficos y sociales.

Esta variación lingüística está relacionada con los condicionamientos que los contextos socioculturales ejercen sobre las formas y la eficacia de la comunicación, los cuales son de diverso tipo y pueden afectar a la totalidad del lenguaje o solamente a una parte de él, como el léxico o la pronunciación.

Registro de habla y relación entre los hablantes
Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el lenguaje a la situación comunicativa en que uno se encuentra. Así, cuando una persona está en una situación formal se expresa formalmente. En caso contrario, si la situación es coloquial (informal) hablará de manera informal. Estas diferentes formas de expresarse se denominan registros de habla.
Las situaciones formales implican relaciones jerárquicas o asimétricas entre los participantes de ella. Por ejemplo, una situación formal se da cuando un empleado se entrevista con el jefe. En este caso, el registro es formal y la relación es asimétrica porque hay una jerarquía entre el jefe y el empleado.
Las situaciones informales se dan entre personas que tengan relaciones simétricas. Un ejemplo de ello sería cuando dos amigos conversan en un café sobre sus vacaciones, en la que hay una relación entre pares que supone informalidad en la manera de comunicarse.
Sin embargo, es posible que uno utilice un registro informal en situaciones donde la relación entre los hablantes es asimétrica. Por ejemplo, muchas personas se vinculan coloquialmente con sus papás, sin embargo, la relación no es simétrica. Es decir, que la formalidad e informalidad dependen en gran medida de la confianza que existe entre los interlocutores.



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